En
un país donde hay cerca de 12 millones de campesinos, y un sinnúmero de ellos
han emergido a las grandes capitales desdibujados por la ola de
violencia que han atravesado por cerca de 60 años debido a este flagelo; el
campesino sigue jugando un papel fundamental en la economía de esta nación. Sin
embargo el Estado en ocasiones se muestra indiferente a su situación.
Y para nosotros los
girardoteños no ocurre un caso distinto que al hecho nacional, salvo que en
nuestros dos corregimientos no ocurre masacres, nuestros campesinos no mueren a
manos de bandas insurgentes o alzadas en armas, ni emigran a causa de la
violencia pero si por causa del ocaso, del olvido, de la miseria y la pobreza
que en ellos emerge a diario.
Lo que podríamos decir en
Girardot y porque no en la nación, es que los campesinos solo son tenidos en
cuenta en temporada electoral, es allí cuando toman gran importancia por la inmensa mayoría
de los aspirantes a un cargo de elección popular que les permite tomar parte de
las decisiones propias del desarrollo social, político, cultural, económico y
otros aspectos relevantes de sus ciudades y su propia área rural.
Para ello, realizan visitas
periódicas, llevándoles tejas, ladrillos, cemento y falsas promesas que se
reflejan en la triste realidad de sus necesidades básicas insatisfechas.
No es difícil encontrar vías
sin pavimentar, viviendas a punto de colapsar, centros de salud en estado de
abandono si es que lo tienen, escuelas totalmente deterioradas , eso sin contar
la calidad de educación que reciben y la ausencia de computadores y
laboratorios de ciencia y tecnología.
Y aún más grave y tengo que
advertirlo, es que posiblemente van a querer modificar el POT ( plan de
ordenamiento territorial) para que algunas zonas rurales sean declaradas
urbanas con el fin de incrementar el valor del suelo donde actualmente el metro
cuadro es económico y accesible. Así que en poco tiempo llegaran con la
mentira a decirnos que arribaron
inversionistas, pero la realidad es que van a querer adueñarse y regalar las
tierras de los campesinos que difícilmente podrán sostenerse en sus tierras
debido a las alza en servicios públicos e impuesto predial.
Es muy triste y lo digo con
respeto e indignación, la actual situación de los campesinos de Girardot, y nos duele lo que sucede. Sin embargo sé que podemos
rescatar y salvar el campesinado; nuestro campesino girardoteño.
Y esto no solo se logra con
más de 50 años de celebración del Día del Campesino donde cada año se contrata
una orquesta, sonido y tarima, lechona, cerveza, guaro y gaseosa sin olvidar el
perol , el azadón y el machete.
Este es el único día del año
donde los campesinos sin dificultad alguna logran por lo menos saludar al jefe
administrativo de la ciudad, es decir a su Alcalde y sus compañeros concejales
que en campaña les prometieron lo que nunca, nunca verán, como nunca tendrán
porque todo fue un engaño para lograr llegar al Poder. Luego de la celebración, los tenemos que ver
haciendo fila, solicitando citas, pidiendo favores, y rogando un encuentro con
aquel que eligieron para que les representase en sus derechos sociales, cívicos
y constitucionales y que a su vez estos mismos Derechos no fuesen vulnerados.
Sin embargo ahora ya no es así; les toca hacer cola a los que llamamos
invisibles, a los que nadie oye a los que nadie escucha, que es al pueblo
campesino. Así como dijo el escritor Álvaro Salom Becerra “al pueblo nunca le
toca”
Por eso es que me motive a
escribir o al menos intentar escribir para decirle al pueblo campesino
girardoteño, al de la ciudad de las acacias, al de la chibatera, que tenemos
las herramientas legales, legitimas para luchar por aquello que los gobernantes
de turno nos han robado, negado, quitado durante estas lagar y tristes décadas.
Cabe resaltar la ley 134, la 1551, 136.
A su vez decirles a los
campesinos que es pertinente que a través de las ley 136 y 134 pueden organizarse
para formular una Mesa Municipal Campesina integrada por las veredas que
conforman los dos corregimientos de la ciudad, sur y norte con su respectiva
mesa directiva.
Articulada con la oficina de
desarrollo social y económico de Girardot y la oficina departamental de
agricultura y desarrollo rural. Con el fin de recibir los beneficios que tanto
han esperado.
De no organizarse todo el
conjunto campesino, será imposible que logren ser atendidos con dignidad y
respeto.
Como resultado de esta Mesa se
tendrá que ver la comercialización de sus productos agrícolas, industrialización,
tecnificación del campo y una mejoría en sus condiciones de vida digna.
Por ultimo decir que urge
una política pública campesina en el plan de desarrollo real y palpable y esto
lo generara la Mesa Municipal Campesina.
FRASE: Casiano y Baltasar impotentes al ver
tanta hipocresía en sus héroes políticos, se resignan. Baltasar llega a decir
que en su epitafio le pongan la siguiente leyenda:
“Aquí yace un pendejo que duró ochenta años, sobre la tierra, creyendo en
la llegada del pueblo al poder y que ahora, debajo de ella, continúa
esperándola.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario